Lunes a viernes de 11:00 a 14:30 y de 16:00 a 19:00 — Fines de semana y festivos de 11:00 a 19:00
El Rey Fernando III, Conquista Almodóvar en 1240
Tal día como el 29 de junio de 1236, Fernando III el Santo, rey de Castilla (1217-1252) y de Castilla y León (1230-1252) toma las llaves de Córdoba.
Por su parte, los musulmanes, exhaustos tras un largo bloqueo en el que no reciben ayuda de los reinos vecinos, entregan la ciudad y se preparan para finalmente abandonarla.
La Conquista, no fue el rey castellano quién la inició, sino un grupo de almogávares que se situaban en Andújar, donde, la colaboración con algunos de sus habitantes, el descuido y la escasa vigilancia de las fortificaciones de la ciudad, iniciaron la cercanía de la conquista cordobesa.
Los fronteros de Andújar y algunos de Úbeda decidieron actuar; Vestidos como musulmanes y provistos de una escalera, logran subir a la muralla por el lugar que más tarde se conoció como Puerta del Colodro, en recuerdo de uno de ellos, quién asaltó la muralla. Dicho grupo avanza paso a paso, eliminando los guardias que vigilaban la zona. Hasta que finalmente llegan a Martos, donde se encontrarían con el resto de compañeros. Abren las puertas, entran en la Axarquía, y finalmente se hacen con su control.
Pero la conquista de Córdoba no acaba aquí, la ciudad, en aquella época y hasta no hace mucho tiempo, estaba dividida en dos grandes zonas amuralladas, la madina y la axarquía.
En la madina, se encontraban dos edificios fundamentales, la mezquita y el alcázar. Sin embargo, la Axarquía, era un conjunto de barrios de todo el sector Oriental de Qurtuba.
Ambos recintos eran independientes, ya que estaban separados por el lienzo de la muralla de la madina.Cuando los almogávares asaltan la muralla e intentan hacerse con la Axarquía no logran completar la conquista, por lo que los musulmanes, defienden la Madina, haciendo imposible el ataque.
Es ahí donde comenzó la entrada de Fernando III en esta historia, siendo informado de cada detalle por un emisario que le alerta de la situación, reúne al ejército y se pone en camino. Llegado a la ciudad, se sitúa en el sur, no muy lejos del Castillo de la Calahorra, para limitar las ayudas que puedan llegar a la ciudad por esta vía, la cual comunicaba Córdoba con gran parte del Al-Andalus occidental.
En este momento es cuando Ibn Hud abandona la ciudad. Por su parte, los cordobeses resisten un poco más, pero finalmente entregan la ciudad y se preparan para abandonarla. Las exigencias de la capitulación así lo exigían.