La batalla de Munda

Publicado en


El ascenso de César y la caída de la República Romana en el valle del Guadalquivir

castillo-de-almodovar-122287[1]A veces nos gusta recordar hechos históricos que tuvieron lugar cerca de nuestro querido Castillo de Almodóvar. Personas o sucesos que pasaron en el valle de Guadalquivir principalmente.
Hoy nos vamos a retrotraer muchos más siglos atrás de lo habitual, 2061 años en concreto.
Por aquellas fechas se estaba desarrollando la Segunda Guerra Civil de la República Romana, un conflicto que había surgido por enfrentamientos entre las dos facciones políticas en el Senado Romano.
Las dos facciones, con sus luces y con sus sombras son éstas.
-Los tradicionalistas o Pompeyanos, que era un grupo de oligarcas que pretendían mantener la legalidad de la República, en todo sentido. Mantener el poder de las clases altas sin ceder apenas antes las bajas, pero a su vez querían mantener la legalidad, en el sentido de que el Senado mantuviera el poder y los senadores fueran autónomos en sus decisiones. En cierto sentido eran más democráticos.
-Los populares o partidarios de Julio César, que en realidad también formaban parte de las oligarquías de la clase alta romana, pero querían dar más importancia a las clases bajas frente a las altas, mejorar su posición social y económica. Por el contrario, pretendían retorcer la legalidad republicana, creando un gobierno populista que controlara el Senado, quitándole su autonomía. Por lo tanto eran menos demócratas.
Catilina3[1]
En realidad por una parte hay un grupo que no quiere perder sus prebendas sociales y económicas, y del otro lado otro grupo que lo que quiere es usar al pueblo como excusa para quitar de en medio a sus rivales políticos y quedarse con todo el poder sin la molesta interferencia de los senadores.
Sabemos quién ganó, Julio César, imponiéndose como gobernante autocrático republicano. Él nunca fue emperador. También eso explica que lo asesinaran, sus oponentes pretendían matar al Tirano y así volver a la legalidad democrática republicana.
El surgimiento del Imperio en manos del sobrino de Julio, Octavio, es el de una lucha por el poder, primero para eliminar a los asesinos, y luego entre los seguidores de Cesar, hasta que Octavio vence y se hace nombrar protector honorario y perpetuo de la República, un cínico título con el que dominaba a los senadores que proponían y aprobaban lo que él quería.
Pues el principio del fin de la República Romana empieza en el valle del Guadalquivir, donde los ejércitos populares y tradicionalistas chocaron más de una vez.
César tenía el gran poder militar y económico de haber sido el conquistador de las Galias, mientras los Pompeyanos, que tenía el poder del Senado detrás.
Hablamos de la batalla de Munda, en la colonia romana homónima, de la que actualmente se desconoce su localización exacta, aunque se localiza con total probabilidad en la zona colindante entre las provincias de Córdoba, Sevilla y Málaga. Las propuestas tradicionales son Monda en Málaga y Montilla en Córdoba, mientras que propuestas modernas son localizaciones en Osuna, Écija y Herrera en Sevilla.
Las propuestas más lógicas para su localización parecen o Montilla o Écija, ya que según la historia de la batalla, tenía que ser cerca de la ciudad de Córdoba, y en Écija hay inscripciones de época de César agradeciendo a los astigitanos su apoyo en la batalla. Ambas posiciones son suficientemente cercanas a Córdoba y permiten apoyo desde Écija. Monda parece muy alejada y aislada de ambas localizaciones.
Se cuenta que fue la batalla más difícil de César, porque no fue una escaramuza cualquiera, sino una batalla de grandes dimensiones y contra un enemigo similar a los suyos en poderío militar, pero muy superior en número. Cuarenta mil contra setenta mil, pero el genio militar de César pudo con ello.
En aquellos días, César ya tenía prácticamente vencida la guerra y sólo se dedicaba a sofocar y dominar a enemigos individuales en el Mediterráneo Oriental, mientras los Pompeyanos eran expulsados a su paso y sólo les quedaba huir.
Buscando estar lo más lejos posible de César, acabaron en Hispania, donde levantaron su último gran ejército, aprovechando sus tropas propias y legiones que el propio César había dejado atrás, pero que se habían levantado contra los gobernadores que había impuesto. Además, las tribus locales también apoyaron a los Pompeyanos. Así tomaron la capital de la baetica, Córdoba.
pompeyo[1]
César no iba a permitir eso, así que se plantó en Córdoba con ocho de sus mejores legiones. Bloqueó los suministros de la ciudad y a las tropas pompeyanas no les quedó más remedio que huir buscando un mejor terreno donde combatir.
El enfrentamiento tuvo lugar en esta Munda de localización incierta. Los Pompeyanos en principio tenían una posición mejor, pero el genio militar hizo presencia.
La batalla empezó sin aparente ventaja para ninguno de los dos bandos, incluso los propios generales tuvieron que formar parte del combate.
César tomó la legión bajo su mando personal y atacó un flanco. Eso hizo de Pompeyo reforzara fuertemente ese flanco buscando acabar con César, cortar la cabeza de la serpiente.
Pero esto no fue más de una treta. César sabía que sus legiones estaban en un estado óptimo, entrenadas, mientras que muchas de las de Pompeyo eran unidades con poca experiencia o bajas de moral o entrenamiento. Al reforzar un flanco, dejó al descubierto otro, defendido por tropas de segunda, lo que aprovechó la caballería de César para arrollarles. A su vez, la caballería númida atacó la retaguardia pompeyana. Mientras legión de César a la defensiva consiguió aguantar los ataques reforzados pompeyanos.
La caballería pompeyana quiso reforzar el flanco atacado por la caballería de César, pero al ver el movimiento de los caballos, los legionarios pensaron que sus generales empezaban a huir, así que las filas pompeyanas se descompusieron y huyeron, y la batalla terminó con la muerte de varios generales pompeyanos y la huida de otros pocos.
Luego hubo que pacificar un poco la zona y acabar con los huidos, pero ya César tenía despejado su camino hacia Roma sin ninguna oposición.
Tras unos días, inició el viaje de regreso a Roma donde sería finalmente investido Dictador perpetuo.