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Medina Azahara
¿Conocéis las ruinas de Medina Azahara?, pues es una de las principales razones para visitar Córdoba, y ya os hacéis la ruta entre Córdoba y nuestro Castillo, ya que queda justo en el camino.
Medina Azahara es una ciudad palatina situada a unos ocho kilómetros de Córdoba por la carretera entre Córdoba y Almodóvar (Almodóvar está a 24 kilómetros de Córdoba, así que queda a 16 de Medina Azahara, muy cerca).
La ciudad se construye por orden de Abderramán III, primer califa de Al-Ándalus, y lo hace así porque quiere una ciudad de prestigio para su gobierno. La quiere cerca de Córdoba, que es la capital de sus dominios, pero aislada de ella para crear un lugar distinto.
La intención de Abderramán era tener una sede de su gobierno pero con un carácter monumental.
La ciudad de Córdoba, eran como tantas ciudades antiguas, tenía un urbanismo caótico, de calles estrechas y enrevesadas. La nueva ciudad iba a ser diferente, con un urbanismo regulado, con trazado rectangular, sólo alterado por la orografía del terreno. En ella se iban a situar las mansiones y los edificios administrativos con una arquitectura que no dejase a nadie indiferente.
¿Y todo esto por qué?, ¿por capricho?. No, esto se hizo por prestigio, ya que el nuevo califa estaba enfrentado a los fatimíes del norte de África, que no sólo eran rivales políticos, sino también religiosos. Los omeyas eran suníes, mientras que los fatimíes eran chíes. Debía crear algo que impresionase a los embajadores de todas las naciones que fueran a visitarle.
Su nombre, Medina Azahara, no es cierto que signifique “ciudad del azahar”, sino “ciudad resplandeciente”, y pudiera venir del nombre de la esposa favorita del califa, al-Zahrá, que precisamente significa “la resplandeciente”. La coincidencia con la palabra azahar proviene de que ambas palabras están emparentadas en el idioma árabe, bien pudiera ser porque la flor resplandece en los naranjos bajo la luz del sol.
La ciudad está dividida en tres terrazas.
La terraza superior corresponde al palacio del califa. Este palacio tenía sus dependencias públicas y sus dependencias privadas.
En la terraza intermedia se situaron los edificios administrativos, como los jardines, salones de recepciones, casa de los visires, dependencias administrativas y jardines. También en esta zona se sitúan las mansiones de los más importantes funcionarios de la corte.
En la parte inferior, ya en la llanura, se extendía la zona popular, con el caserío, las instalaciones militares, baños públicos, jardines y la mezquita aljama. Esta zona estaba aislada de las dos anteriores por una muralla.
La morfología de las dos zonas inferiores estaba condicionada para dejar una zona central sin construir para dejar una apertura visual para el palacio, y conseguir dos cosas con ello, que la vista desde el palacio fuera abierta a la campiña, pero también que el visitante se impresionara viendo la grandiosidad del lugar al ir ascendiendo.
La zona más deslumbrante es la zona oficial, sobre todo la dedicada a la política y la dedicada a los embajadores extranjeros, lo que hace ver el objetivo de toda la ciudad, impresionar.
El palacio también era impresionante, pero dado que allí iba a llegar menos gente, no había necesidad de tanto exceso para impresionar. Pero contrasta mucho la zona “pública del palacio” con las dependencias privadas, que son relativamente más austeras, más pensadas en la comodidad y seguridad de la familia del califa, eso no quita que tuviera unos acabados decorativos fastuosos.
La ciudad se abandonó antes de pasar un siglo, durante la guerra civil sucedida al morir el visir Almanzor, y fue saqueada, usada como cantera para edificios posteriores en Córdoba, y luego destruida por los almohades, de ideología ultraortodoxa islámica.
Ahora lo que queda son ruinas, pero unas ruinas de gran valor. Quizá si la ciudad no hubiera desaparecido, y siguiera existiendo a día de hoy fuera peor, porque con el tiempo esos edificios habría desaparecido de todos modos, pero no se podría hacer estudios arqueológicos sobre ellos porque el terreno estaría ocupado por una ciudad poblada que no podríamos desocupar, como pasa en tantos sitios.
Así que, ¿te animas a visitar Córdoba, Medina Azahara y el castillo de Almodóvar?