Córdoba inédita, el viaje feliz por Hornachuelos y Palma del Río

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Recientemente la revista Telva nos ha dedicado un artículo en su sección de viajes donde realizan un recorrido por la Córdoba serrana y aristocrática y nos dedica estas líneas.

LA PRINCESA ZAIDA Y ALMODÓVAR DEL RÍO

En el camino de vuelta a Córdoba todavía nos espera una sorpresa descomunal: en lo alto de una colina, el castillo de Almodóvar del Río (castillodealmodovar.com) interrumpe el paisaje. Una fortaleza que genera un paisaje poderoso, donde se dan cita realidad y ficción. Sí, ficción porque aquí se rodó parte de la séptima temporada de Juego de Tronos. Para los incondicionales de esta serie, en muchas de las salas se describen los capítulos que allí se grabaron. Pero su historia es bastante más relevante: lo empezaron a construir los árabes en el año 740, se entregó a Fernando III el Santo y sufrió muchas ampliaciones a lo largo de los siglos. A finales del siglo XIX el edificio estaba prácticamente en ruinas hasta que pasó a manos del cosmopolita conde de Torralva, que dedicó prácticamente su vida y su fortuna a reconstruirlo y darle el aspecto que tiene hoy día. Las obras duraron 35 años, participó todo el pueblo y, aunque tuvieron un final feliz, su mentor murió antes de que terminaran. Hoy es propiedad de sus descendientes, la familia Solís, que organizan todo tipo de actividades para que este monumento siga vivo.

Almenas, torres con nombres románticos como la de la Escucha o Torreón del Moro, mazmorras de las que era imposible salir, huéspedes históricos como Pedro I el Cruel y vistas infinitas de 380º, son algunos de sus enormes atractivos. Es sin embargo una leyenda de su época mora la que nos llama la atención. En 1091, el príncipe Fath Al Mamum y la princesa Zaida vivían en el Alcázar de Córdoba. Ante la amenaza del ejército almorávide, que quería conquistarlo, Al Mamum traslada a su mujer a este castillo para protegerla. La noche del 28 de marzo, ella se despierta con un mal presentimiento, sube a la torre del homenaje y ve cómo el caballo blanco del príncipe se acerca sin caballero, que había muerto en la batalla. Al día siguiente, los enemigos conquistaron la fortaleza y la encerraron en las mazmorras donde murió de pena. Se dice que cada 28 de marzo se oyen sus lamentos entre los gruesos muros de piedra.