Pedro IV el Ceremonioso

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En el Castillo de Almodóvar hemos realizado, y volveremos a realizar, Jornadas de Recreación Histórica, a las que asisten más de 80 personas, cada una con un papel de época, como herreros, artesanos, cocineros, etc. También hay juegos medievales y una recreación de hechos históricos, como la guerra de los Dos Pedros. Esta guerra se produjo entre Pedro I de Castilla (El Cruel) y Pedro IV de Aragón (El Ceremonioso).

Para que puedas entender mejor la historia de dicha guerra, primero tienes que saber un poco más sobre Pedro IV el Ceremonioso.

Pedro IV el Ceremonioso (1336-1387) era rey de Aragón, conde de Barcelona, rey de Valencia y Mallorca, duque de Atenas y Neopatria y conde de Ampurias. Pedro IV conquistó muchos territorios en el Mediterráneo, y es gracias a sus numerosos territorios que consiguió poco a poco dar a luz a la primera Generalitat de Cataluña. Uno de los primeros territorios que añadió a sus dominios fue el reino autónomo de Mallorca. A pesar de los esfuerzos de Jaime III, el último monarca de Mallorca, por recuperar su reino, nunca lo consiguió. Luego, Pedro IV también se proclamó rey de Sicilia tras la muerte del anterior rey y también añadió a su reino los ducados de Atenas y Neopatria.

La guerra entre Pedro I el Cruel y Pedro IV el Ceremonioso

Las rivalidades entre Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón ya duraban varios años porque querían apropiarse de los mismos territorios. Con el paso del tiempo, se añadieron otros elementos para agrandar su rivalidad, por ejemplo, los hermanastros de Pedro I aprovecharon su condición para oponerse a él y refugiarse en el reino de Pedro IV, por tanto en el adversario de Pedro I. Este conflicto entre Castilla y Aragón duró entre 1356 y 1367, a través de varias pequeñas guerras, treguas y negociaciones de paz fallidas. La conexión entre el Castillo de Almodóvar y esta guerra es que fue durante mucho tiempo la residencia de Pedro I, así como otro escondite en Carmona, en la provincia de Sevilla.

Esta guerra es importante por su trascendencia histórica porque participó en el desarrollo histórico de ambos reinos y facilitó la unión entre Aragón y Castilla con los Reyes Católicos a finales del siglo XV. Participó en la creación de la España que hoy conocemos.